Como reaccionar ante pleitos entre niños

Alguna vez has visto a dos niños -en mi casa por lo general los hermanos- pelear como unos locos y luego de unos minutos son los mejores amigos? como si nada hubiera pasado. Los niños tienen esta asombrosa capacidad de recuperación, que es necesario recordar cuando estamos tentados a involucrarnos. A veces esperar es la mejor manera de abordarlo.

Después, lo mejor es dejarlo pasar, especialmente si tus hijos lo han olvidado. A veces no es necesario trabajar en ello. Muchas veces, retomar el mal comportamiento con nuestros niños se da porque queremos sentirnos bien con nosotros y hacerlos sentir mal para que no lo vuelvan a hacer. Si elegimos discutirlo deberá ser realmente con la intención de proporcionarles herramientas para hacer frente a sus sentimientos de una mejor manera.

-“La próxima vez recuerda que esto pasó porque estabas muy cansado. Cuando te sientas así, tal vez sea mejor que descanses un rato antes de jugar con tu hermano”. El principio espiritual que trabaja aquí es: no ser reactivo es el mejor camino a seguir.

Pegar y morder sucede porque los niños no saben cómo hacer frente a sus emociones, especialmente cuando son pequeños. Si otro niño los molesta o los trata mal, la única manera de tratar con él es atacarlo físicamente. No es porque el niño sea malo o violento. Es sólo que tiene un repertorio limitado cuando trata de enfrentar la frustración.

Como padre, la mejor manera de responder es abordar directamente las emociones involucradas: ¿Cómo te sientes? Estaba molesto. Me pegó primero. Hizo trampa en el juego. Una cosa que les digo a mis hijos es, “Estás en lo correcto, eso no estuvo bien. Pero ahora tú lo estás lastimando. No estás resolviendo nada siendo reactivo, ahora te estás convirtiendo en el chico injusto.”

De nuevo, es importante darles a nuestros hijos el ejemplo de buen comportamiento. ¿Qué es lo que ven cuando me observan? ¿Cómo puedo manejar mis emociones? ¿Hablo con ellos acerca de mis sentimientos? ¿Debo decirles que me siento muy triste por lo que ha pasado o que me siento frustrado porque no conseguí lo que quería?

Con suerte se darán cuenta que a pesar de mi tristeza y frustración, sigo manteniendo un buen comportamiento. No estoy golpeando a nadie. No estoy gritando. Estoy expresando mis sentimientos con palabras y enfrentándolos de una manera positiva. Si queremos que nuestros hijos dejen de comportarse de esta manera, tenemos que ponerles el ejemplo del comportamiento que les estamos pidiendo.

Por último, es importante que ese niño que eligió golpear a su hermano, entienda  que lo que hizo fue una cuestión de elección. Hay otras opciones que podría haber hecho y que quizá quiera hacer la próxima vez. Podría acudir a su padre. En la escuela, con su maestro. Podría usar palabras. Puedes ejemplificar este punto compartiendo una situación en donde tuviste que elegir –tal vez hace sólo unos momentos cuando tu hijo se portaba mal. Tal vez tuviste la opción de molestarte con él por lo que hizo, pero elegiste mejor hablar de ello.

Y hablando de opciones es una excelente manera de introducir el entendimiento de que los niños son participantes activos en sus vidas. Las cosas no ocurren por casualidad.

De hecho pueden afectar lo que sucederá al hacer buenas elecciones.