¿Qué me pasa? Aprendiendo a entender lo que sentimos

Para afrontar el nuevo mundo necesitamos explorar nuestra parte más emotiva y creativa. Nuestro cuerpo comunica y refleja cómo nos sentimos y nos ofrece información constante sobre nuestro estado de ánimo. Es por ello de vital importancia entender los mensajes de nuestras emociones, hacerlo repercute no solo en nuestra salud, sino también en la forma en que nos relacionamos con los demás.

Es importante diferenciar entre oír y entender. Oír es solo usar ese sentido que nos hace situarnos en el mundo que nos rodea. Entender tiene un especial sentido de prestar atención. Puede ser que oigamos, pero que no estemos entendiendo. Entender implica un compromiso, significa estar ahí, percibir lo que nuestro cuerpo y emociones  nos dicen, y lo que nos quieren trasmitir.
Entiende a tu cuerpo, habla de tus emociones
Las causas más comunes de la enfermedad son las actitudes y las emociones negativas. La búsqueda de atención, la evitación de situaciones desagradables o huir de ellas, son situaciones donde nuestro cuerpo habla, habitualmente produciendo síntomas como señales de que algo no va bien.Las personas que no entienden que estas reacciones están causadas por las emociones desagradables que experimentan, sufren a menudo enfermedades físicas causadas por su bloqueo emocional.
Existen numerosas investigaciones que avalan el poder de las emociones sobre el cuerpo humano. Los investigadores han encontrado una relación más que evidente entre el dolor y el estrés. El estrés emocional, problemas emocionales manifestados a nivel físico, que no logramos gestionar correctamente, puede dejarnos su marca permanente en nuestro cuerpo
Los síntomas de estrés emocional más frecuentes son:
1. Emociones: depresión o ansiedad, irritabilidad, miedo, nerviosismo.
2.Pensamientos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, dificultad para concentrarse, toma de decisiones, pensamientos distorsionados.
3. Conductas: trato brusco hacia los demás, incremento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, aumento o disminución del apetito, llantos, disminución del apetito, rechinar los dientes.
4. Cambios físicos: tensión muscular, manos frías o sudorosas, insomnio, dolores de cabeza, fatiga, problemas de espalda o cuello, respiración agitada, alteraciones en el sueño, disfunción sexual.