Las relaciones saludables parten del respeto

Y la primer pregunta podría ser «qué significa el respeto»? Pues respeto es una palabra derivada del latín que significa «atención» o «consideración». Partiendo de esa definición, cuántas veces al día respetamos a nuestra pareja, quien probablemente ha tenido un día difícil y llega a casa sin ganas de hablar, de convivir, quiere un minuto de soledad, de estar ensimismado o simplemente dormir? Mientras eso sucede, preferimos reprochar no estar todo el día y aun así, llegar y dormir, bueno, pues a qué hora convivirá?

Hace unos días, un medio me entrevistaba y me preguntaba sobre la relación que sostenía con mi esposo Omar. Su pregunta, si mal no recuerdo, fue: «cómo te las arreglas para apoyar a tu esposo?». Bueno, es simple: mi esposo no hace algo que vaya en contra de mis valores, él es un hombre que triunfa en su vida laboral y me gusta, ha luchado por llegar a donde está y tampoco le ha faltado nada a mi familia. Es un padre presente en la mayor parte del tiempo (aunque tiene mucho trabajo claro) siempre se involucra en lo que corresponde a su familia.

Y entonces, decidí escribir sobre este respeto que lleva a tener una relación saludable. Saber que contamos con el apoyo de nuestra pareja en todo momento, que nuestras jugadas ya no son individualistas porque jugamos como equipo. Respetar es es que nos hace poder vivir bien y bajo el mismo techo. Saber que esa persona es diferente a nosotros, que ha sido educado por una persona distinta a nuestros padres y por ende puede tener mil defectos (tolerables o intolerables) pero que las razones para mantenerse unidos es mucho más fuerte que las razones que pudieran existir para separarse. Al final, todos tenemos defectos y este respeto del que hablo es parte de los acuerdos que deben existir antes del matrimonio.

Es muy importante que:

  1. Jamás crucen límites
  2. Nunca se falten al respeto
  3. No hagan cosas que pudieran molestar al otro

Y cuántas veces por ocasionar «celitos» podemos hacer algo que no nos gustaría que nos hicieran? Desde el noviazgo es bueno establecer límites para aprender a respetar lo que no nos gusta de nuestra pareja porque los límites, más allá de permitirnos mantener un nivel de comunicación y cordialidad mejor, nos hará aprender a respetarnos y entonces empezar a construir una relación saludable sustentada en el respeto, la comunicación y la confianza (que siempre van de la mano).