Nuestra guía de turistas en Camboya vivió en un campamento de inmigrantes, su familia fue exiliada junto con todo el pueblo debido a la guerra.
Tenia un año», me platica Soppa, ahora de 34; «cuando nos pidieron que abandonáramos nuestra casa, apenas empezába a caminar, tome la mano de mi mama, caminamos por 2 meses hasta la frontera de Tailandia; donde nos recibieron en el campamento; mi papá, mamá, mis dos hermanas mayores y yo.
Siempre tenía hambre, casi no había comida y esperábamos la ayuda de la UNESCO, nos mandaban arroz y pescado seco.
10 años vivió en el campamento; hasta que después de la guerra pudieron regresar a sus hogares. Soppa tiene 5 hermanos ahora, su papá manejaba una bici-taxi, «ahora maneja un tuk-tuk» me dice orgullosa.
Soppa, Aprendió a hablar ingles, y se convirtió en guía de turistas luego estudio 4 años español, con tanta dedicación que se ganó una beca para ir a Colombia por 6 meses para perfeccionarlo:
– Quise aprender español por que así puedo trabajar más. -Sonríe
Describe Colombia como un paraíso, quiere ahorrar para que su hija, ahora de 7 meses y su esposo puedan conocer.
Escribo este relato porque además de que amo conocer lugares, conocer a las personas de estos lugares me deja siempre conmovida y con grandes enseñanzas.
Soppa es muy feliz. Dice que ha vivido cosas muy difíciles y se siente realizada, aprecia ver los nenúfares florecer por la mañana y ama su País.
Cuántas veces nos quejamos por las heridas del pasado, las usamos de pretexto para no cambiar, cuántas veces criticamos el presente, juzgamos sin hacernos responsables, cuántas veces nos da miedo el futuro, no soñamos o trabajamos para evolucionar….
Gracias Soppa por tu historia, por que a pesar de todo es un orgullo y una bendición haber nacido en México, es una responsabilidad y un compromiso hacer de mi País un mejor lugar para nuestros niños.
Sé que hará realidad su viaje a Colombia y que bailará de nuevo su canción favorita: «vivir mi vida» de Marc Anthony.